Movimiento Vecinal ¿Arma o Trampolín?
Ser un “guerrero mártir vecinal”, un auténtico líder de barrio comprometido en la lucha ante las administraciones por los derechos a los mejores servicios públicos para sus vecinos, con sus correspondientes sinsabores, el sacrificio de tu tiempo personal, familiar y profesional a cambio de nada, mas allá de la satisfacción de ayudar de manera activa a tu barrio o … ser un “pelota institucional” a cambio de “popularidad y/o prebendas”, incluso económicas, léase nombramientos como asesores del “establishment local”, éstos últimos demostrando ser hábiles titiriteros en el uso de esas marionetas en las que algunos se convierten a costa de vender su representación vecinal EFECTIVA e INDEPENDIENTE y a sus vecinos por extensión, dejando de lado sin ningún pudor, las obligaciones y los compromisos que con ellos adquirieron, usándolos como lanzadera … he aquí la cuestión.
Vivimos en unos tiempos convulsos, con una sociedad en la que los valores más esenciales desaparecen por momentos, una sociedad en la que palabras como compromiso, honor, honradez, lealtad, valentía y sacrificio, se han convertido en papel mojado, en señas de identidad que parece ser pertenecen solo al pasado, nos hemos convertido en una sociedad incapaz de reconocer el trabajo altruista de unos pocos con los sacrificios que ello conlleva, unos pocos osados que se juegan la cara no solo con los de enfrente, sino con los que tienen a la espalda.
No me gustan en absoluto esos personajes carentes de la más mínima formación y que sin ningún escrúpulo, aparecen un día, como corderos peleones, aprovechando el vacío de voluntarios decididos y que al día siguiente se muestran como lo que realmente son, lobos trepas traidores a su gente, que allanan el camino de la desidia e incompetencia que trazan “los que mandan” a cambio de una foto, de un minuto de gloria, un nombre en una lista, un puesto de cartero real, de un “aquí estoy yo” e incluso hasta de un sueldo por cuatro años como asesor, porque a nadie le amarga un dulce o eso dicen.
Por el contrario, si quiero poner en valor (expresión muy de moda últimamente) a aquellos valientes que son mayoritarios afortunadamente y que tienen muy claro dónde están, quienes son y cuál es su motivación, presidentes y juntas directivas vecinales inaccesibles al desaliento, una “raza” de luchadores por sus vecinos, por personas mayores y jóvenes que de otra manera no tendrían defensa alguna ante esa apisonadora de colores políticos interesados o de gobernantes manipuladores y embusteros.
Alabo y felicito a esas barriadas que cuentan con voluntarios tenaces y abnegados que a diario, de manera silenciosa y casi inadvertida, se auto exprimen dando lo mejor de sí mismos a sus vecinos, sin pedir nada a cambio, pero lo más importante de todo y muy difícil hoy en día, sin buscarlo.
Doy fe en mis diarias visitas por todas las barriadas algecireñas, que sin éstas personas, muchos de esos barrios estarían todavía anclados en el siglo pasado gracias a las autoritarias decisiones de alguno que en su egolatría extrema cree que solo existe “el centro” de la ciudad, por cierto, todo un artista a la hora de prometer una participación ciudadana que se ha demostrado inexistente o falsa, mientras que al tiempo compraba sus churritos calentitos por las mañanas en las barriadas hasta la cita electoral, tras ella, el ya acostumbrado “si te he visto, no me acuerdo”, que arte tiene, hay que reconocerlo.
Vaya desde estas líneas mi más sincero agradecimiento y homenaje a esas personas, hombres y mujeres maravillosos, auténticos LIDERES VECINALES que al menos a mí, me permiten seguir creyendo que no todo está perdido, que todavía hay gente capaz de plantar cara incluso a riesgo de que se la partan, un millón de gracias a todos ellos.