La vejez es solo una cuestión de tiempo
Paseando por nuestra “cornisa litoral portuaria”, o lo que es lo mismo, el “Llano Amarillo”, iba tan metido en mis pensamientos y tan ajeno a lo que me rodeaba, que no me di cuenta, hasta que lo tuve encima y me cogió por el brazo aplicando apenas la fuerza justa para detenerme, un señor con mucha edad en sus espaldas, pero de verbo rápido y ágil, que me paraba en seco, preguntándome ¿usted es…? , a lo que de inmediato respondí, sí, soy, soy …
Francamente no tenia ni idea de lo que me decía, pero comencé a entrar en calor según avanzaba en su monólogo conmigo en el momento en el que abrió fuego verbal sobre mi …
¿Puede usted decirme por qué no puedo volver nunca a casa en autobús ya que nadie sabe decirnos si hay o no servicio, ni hay horario alguno que se cumpla jamás?
¿Sabe usted si hay alguna actividad de ocio periódico, en algún lugar fijo para acordarnos los mayores, donde podamos divertirnos con seguridad y tranquilidad?
¿Por qué no podemos los mayores llegar hasta nuestro Mercado de Abastos a comprar, o simplemente a pasear cada día, sin tener que darnos tremendas caminatas con la bolsita o el carrito?
¿Sabia usted que hasta el año pasado podíamos ir a ver a nuestro Algeciras C.F. de mi alma, con nuestro abono de jubilados, disfrutando con nuestros nietos o con nuestros amigos, pero que ya nos lo quitaron éste año?
¿Por qué no tenemos precios especiales para nosotros en el Teatro Municipal, en los conciertos musicales de pago por toda mi ciudad si ellos se llevan gran parte de los impuestos que pagamos entre todos ?
¿ Por qué no hay en éste paseo marítimo ni en otras calles muy transitadas por nosotros, una buena batería de bancos, cercanos unos de los otros, para poder descansar cómodamente nuestros viejos cuerpos a cada pasito?
¿Sabe usted por qué en mi pueblo, Algeciras, nadie nos tiene en cuenta?
No pude responderle con la misma rapidez, sencillamente porque no tenía ningún argumento real ni verdadero para hacerlo, claro que “conozco” lo que “algunos” se empeñan en publicitar de manera populista, pero bien es cierto también, que todo ello es vacío de contenido real, es publicidad que solo cumple un cometido, el de rellenar los huecos que dejan las carencias de la obligada atención diaria a nuestros mayores.
Algo no estamos haciendo bien cuando hemos dejado de fijarnos con las prisas diarias, en nuestros mayores, en aquellos que con su esfuerzo, trabajo y sacrificio, son los responsables únicos de que hoy estemos aquí.
Estamos demostrando que somos incapaces de devolverles parte de ése pellejo dejado en el camino, siquiera un amor incondicional y un cariño agradecido, ganado por derecho.
Una sociedad que no cuida y atiende debidamente a los abuelos y los más importante, que no aprende de sus mayores, además de estar condenada al inevitable fracaso, a mi personalmente me resulta inhumana, despreciable e incomprensible, siendo nuestra hipocresía e ignorancia tan alta en éste asunto, que nos convierte en unos auténticos necios incapaces de entender que la vejez es solo … una cuestión de tiempo.