Según un estudio, hasta 22 millones de litros de combustible y 53 millones de kilos de CO2 podrían ahorrarse en un año tras la instauración de la Zona de Bajas Emisiones en el centro de la ciudad
El Ayuntamiento trabaja en la implantación de una Zona de Bajas Emisiones en la zona centro y en una ordenanza municipal que la regule. Asimismo, cuenta con un estudio externo que evidencia sus ventajas medioambientales y económicas.
Estos avances han sido presentados hoy por el alcalde de La Línea de la Concepción, Juan Franco; la concejal de Movilidad Urbana, Raquel Ñeco, y los autores del estudio, Zayra Ramos Mena, Graduada en Química y Máster en Educación, y Arturo Torres Gutiérrez, Graduado en Química, Máster en Ciencia y Tecnología de Nuevos Materiales, Máster en Educación y Doctor en Química Avanzada.
Ñeco explicó que la Zona de Bajas Emisiones I (ZBE I) comprenderá el perímetro delimitado por la avenida de España y las calles, Salvador Dalí, López de Ayala, Granada, Clavel y plaza de la Constitución. Recordó, asimismo, que desde 2021 La Línea disfruta de la Zona de Bien Estar II (ZBE II) ubicada en el parque Princesa Sofía, en la que se eliminó el aparcamiento y la circulación a motor en el interior.
Para su regulación, el equipo de gobierno ultima una ordenanza que deberá ser ratificada por la Junta de Andalucía y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
El alcalde destacó las ventajas de las ZBE “con una incidencia directísima en los indicadores de salud, rebaja de emisiones y ahorro”. En este sentido, el estudio presentado estima que en un año se ahorren hasta 22 millones de litros de combustible y dejen de emitirse a la atmósfera 53 millones de kilos de CO2 en el total de la ciudad, pues contabilizando a todos los vehículos existentes en movimiento estos producirían 160 millones de kilos de emisiones al año.
Ramos y Torres explicaron que han tomado datos del número de vehículos existentes en La Línea, consumo de combustible y gramos de CO2 por litro que se vierten a la atmósfera.
Así, sus cálculos hablan de un ahorro del 32 por ciento en combustible y emisiones. Por ello, consideran que la peatonalización y las restricciones previstas en las ZBE I y II supondrán mejoras en la calidad de vida de la ciudadanía, en el urbanismo, en los niveles de contaminación, ahorro energético y dinamización de la economía.
Una vez que entre en vigor, la ZBE I se compondrá de tres tipos de vías: zonas de bien estar y bajas emisiones, zonas peatonales y zonas especialmente restringidas. Por las primeras podrán circular vehículos con distintivo ambiental y autorizados, mientras que en las restringidas, solo autorizados y acceso a garajes.
La instauración de la ZBE I tendrá un periodo de seis meses en los que las sanciones por incumplimiento solo se harán a título informativo, con el objetivo de que la población pueda adaptarse gradualmente. A partir de 2025 comenzará la fase 1, en la que se permitirá el acceso a vehículos con las etiquetas ambientales B, C, ECO, Cero Emisiones y vehículos autorizados. Aquí se incluye el acceso a garajes, vehículos de emergencias, de movilidad personal y ciclos.
La fase 2, en 2026, eliminará el acceso de vehículos con etiqueta B y a partir de 2027 en la fase 3 tampoco podrán acceder los clasificados C. Para el control de los diez accesos a la ZBE I, existirá una infraestructura de vigilancia por cámaras.
Durante la presentación se ha dejado claro que las ZBE son obligatorias por ley para todas las poblaciones de más de 50.000 habitantes. El alcalde señaló que ya desde 2016 el equipo de gobierno viene trabajando en objetivos ambientales que “se están cumpliendo con creces” con las obras de peatonalización realizadas. Con las ZBE se avanza en una mejor la gestión de estos espacios “y un salto de calidad”, para lo cual se empleará una subvención de 200.000 euros otorgada por la Junta