Con tan solo 13 años, Manuela Blanco Vargas, natural de Algeciras, se consolida como una de las grandes promesas del IGP (Internationale Gebrauchshund Prüfungsordnung), la exigente disciplina del deporte canino que evalúa las capacidades de rastro, obediencia y protección de perros de trabajo.
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Junto a su perra Yuma I de Villavereda, de linaje campeón, Manuela forma un binomio destacado en competiciones oficiales, logrando resultados brillantes que la sitúan ya entre los perfiles más prometedores a nivel nacional.
Su trayectoria dio un salto cualitativo en enero de 2024, al ser reconocida con la Mejor prueba de protección Körung hembra durante la Monográfica del Real CEPPA en Utrera. Un mes después, en febrero, logró el IGP Grado I con la calificación de “Sehr Gut” (Muy Bueno) y en abril superó el IGP Grado II, alcanzando 273 puntos y calificación “Vorzüglich” (Excelente), siendo la competidora más joven en clasificar a la selectiva andaluza para el Campeonato de España.
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Manuela descubrió este deporte a los 9 años, tras asistir a los entrenamientos de Enrique Escobar Sánchez, director técnico del Club de Adiestramiento Deportivo De La Vieja Encina (Sevilla). Desde entonces, recorre más de 500 kilómetros semanales para entrenar en Peñaflor y participa activamente en concentraciones por toda España.
El IGP combina rastro, obediencia y protección, lo que lo convierte en una disciplina de gran exigencia técnica y emocional, donde la compenetración entre guía y perro es clave.
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El caso de Manuela es un ejemplo de esfuerzo, constancia y pasión en un deporte altamente especializado, abriendo camino para nuevas generaciones en el deporte canino de élite.