En un concierto inolvidable que desdibujó las fronteras entre la tarde y la noche, Juan Galiardo ofreció un concierto cargado de energía, virtuosismo y calidez humana en el entrañable espacio conocido como “La Casa de Paco”.
“Estamos súper contentos de estar aquí. No podía haber un lugar mejor para tocar música”, expresó con entusiasmo Juan Galiardo, pianista y líder del quinteto, al abrir el espectáculo, destacando tanto el ambiente íntimo del lugar como la calidad humana y musical de sus compañeros de escenario.
El quinteto brilló con luz propia gracias a una alineación de músicos de altísimo nivel. Galiardo no dudó en elogiar a cada uno de ellos, Julián Sánchez a la trompeta, Enrique Oliver al saxo, Bori Alvero al contrabajo, y Ramón Ángel a la batería, con quien compartió por primera vez escenario tras coincidir años atrás como alumnos de Berklee College of Music en Boston.
El concierto arrancó con una pieza original titulada Brecon Beacons, seguida de Kenny’s Mood, una composición propia que Galiardo recuperó para la ocasión tras años sin interpretarla. Cada nota fue recibida con entusiasmo por un público que vibró con cada solo, cada silencio y cada complicidad entre los músicos.
La noche no solo fue un despliegue de jazz de primer nivel, sino también un homenaje a la conexión profunda que se puede generar entre músicos, espacio y audiencia.
Sin duda, una actuación que dejó huella y confirmó Juan Galiardo Quintet como una de las formaciones más interesantes del panorama actual del jazz.