De Justicia

No fue un número en un expediente, era y sigue siendo en nuestro recuerdo, una persona con nombre y apellidos, Pedro Guerrero. Y una cadena de fallos, diagnósticos erróneos y negligencias médicas lo sentenciaron a muerte en el Hospital de la Línea de la Concepción, la tierra que lo vio nacer y que le vio irse.
No merecía ese epílogo en su vida, marchó antes de tiempo, sus padres y sobremanera su hermana coraje, Aurora, empezó una lucha cual David y Goliat no ceja en el empeño de buscar la justicia terrenal, pues la divina, Dios dictara. La conozco, doy fe y nada la detendrá hasta que la verdad resurja de las cenizas cual Ave Fénix.
Ya lo dijo el viejo pistolero Willian Munny en la película Sin Perdón, «Matar a un hombre es algo despreciable. Le quitas todo lo que tiene, y todo lo que podría llegar a tener.” Y a él le quitasteis todo y a su familia su presencia. He dicho