El Síndrome de alienación parental: Un análisis critico

El Síndrome de Alienación Parental (SAP) afecta gravemente la salud emocional de los niños en procesos de separación, provocando rechazo hacia uno de los progenitores y secuelas psicológicas duraderas.

El Síndrome de Alienación Parental (SAP) ha emergido como un fenómeno preocupante en el contexto de las separaciones conyugales. Este síndrome se manifiesta cuando uno de los padres utiliza a los hijos como herramientas de manipulación, generando un rechazo hacia el otro progenitor.

El SAP se define como un conjunto de síntomas que surgen en un niño cuando uno de los padres realiza un proceso sistemático de devaluación y rechazo del otro progenitor. Este comportamiento puede considerarse una forma de maltrato psicológico, comparable a la manipulación sectaria. Los niños alienados experimentan un conflicto interno que puede llevar a la ruptura de vínculos afectivos fundamentales, afectando su bienestar emocional y desarrollo social.

El impacto del SAP en los niños es devastador, afectando su autoestima, su capacidad de establecer relaciones y su desarrollo emocional. Los efectos varían según la etapa de desarrollo en la que se encuentre el niño, pero en general, se observa un aumento en la ansiedad, la depresión y problemas de conducta. Para el progenitor rechazado, el dolor es igualmente profundo. Vivir con la constante sensación de ser invisible para su hijo es un sufrimiento que, en muchos casos, puede llevar a trastornos psicológicos en el adulto.

Es crucial establecer medidas que prevengan el SAP desde el inicio de los procedimientos de separación. La educación sobre la importancia de mantener relaciones saludables entre padres e hijos, incluso tras la ruptura, debe ser una prioridad. Los profesionales de la salud mental y los abogados deben trabajar conjuntamente para garantizar que los derechos de los niños sean respetados y que se fomente un entorno afectivo libre de conflictos.

El Síndrome de Alienación Parental es un fenómeno complejo que requiere atención y acción. La separación no debería ser sinónimo de alienación, y es responsabilidad de los padres y de la sociedad en su conjunto garantizar que los derechos de los niños a mantener relaciones significativas con ambos progenitores sean protegidos. Solo así podremos asegurar un desarrollo integral y saludable para las nuevas generaciones.

Porque es una pena ver como se van secuestrando corazones inocentes, marcando su devenir emocional, y por ende, el social, académico y profesional; creando hombres y mujeres dependientes e inseguros.

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